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El jueves 16 de mayo compartimos un nuevo encuentro en el Lobby Hour de APRI con Isabel Peñalosa, Directora de Relaciones Institucionales y Asesoría Jurídica de la Asociación Española de Fundaciones (AEF), quién nos habló sobre la defensa de intereses de las fundaciones a nivel nacional y europeo.

Isabel repasó los principales asuntos de interés de las fundaciones españolas en material fiscal y legal, y explicó cómo la Asociación se relacionaba con sus distintos stakeholders. A su vez hizo un repaso de la actividad de la AEF en Europa. Habló sobre la elaboración del manifiesto sobre filantropía promovido por DAFNE (la Red Europea de Fundaciones y Donantes) y el EFC (el Centro Europeo de Fundaciones) con el apoyo de la Asociación Española de Fundaciones (AEF) que tiene por objeto hacer un llamamiento a los políticos europeos para que construyan en su próximo mandato un espacio único para la filantropía que permita disminuir las barreras que existen en la actualidad en este ámbito.

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Sobre Isabel Peñalosa

Isabel Peñalosa es Directora de Relaciones Institucionales y Asesoría Jurídica de la Asociación Española de Fundaciones, entidad a la que lleva vinculada profesionalmente desde hace más de una década. Experta en fundaciones y entidades sin ánimo de lucro, es licenciada en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, Máster en Administración y doctora en Derecho por la Universidad del Rey Juan Carlos. Entre sus principales responsabilidades se encuentran asesorar y proporcionar recomendaciones a las fundaciones españolas sobre sus obligaciones legales y fiscales, y buenas prácticas de gobierno y otras herramientas de autorregulación. También es responsable de mantener el diálogo con los reguladores y de producir los informes y las propuestas que se requieren en cada ocasión.  A nivel europeo es coordinadora del comité legal de DAFNE, plataforma que agrupa a asociaciones de fundaciones europeas, y  miembro del consejo asesor del Internacional Center for non Profit Law.

Sobre el Lobby Hour

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Organizado por el Grupo de Trabajo Jóvenes de APRI, el Lobby Hour es un afterwork dedicado a los profesionales del lobby. Nace en el año 2013 con el objetivo de aglutinar a los profesionales del sector y crear un entorno de intercambio de experiencias en el campo de los public affairs y relaciones institucionales.

Después de siete meses de planificación, Burson Cohn & Wolfe presenta su nueva marca, oficializando el lanzamiento y la operativa de la nueva agencia creada como resultado de la fusión de las agencias Burson-Marsteller y Cohn & Wolfe. Para Donna Imperato, CEO de PCW, «estamos impulsando el sector de la comunicación” con el lanzamiento de esta marca.

«Nos integramos de manera oficial como una agencia de comunicación en todas las disciplinas, en todos los sectores y en todos los mercados», dijo Jim Joseph, Global President of Brand Solutions.

El nuevo logo reemplaza el legendario ‘logo de mapas del mundo’ de Burson-Marsteller, que ha estado vigente desde 2007, y el logo de Cohn & Wolfe, modificado recientemente.

Además de un nuevo logotipo, la firma ha presentado un nuevo sitio web, que se centra en el trabajo desarrollado para los clientes y al mismo tiempo, destaca la experiencia y el talento. La agencia también ha lanzado sus canales en Facebook, Twitter, Instagram y LinkedIn que le darán a BCW «presencia y voz constante en el sector», ha añadido Joseph. En cada país la nueva marca desarrollará redes sociales y web locales propias.

Todo esto está diseñado para reflejar y transmitir la esencia de la identidad de BCW como una agencia creada específicamente para ofrecer comunicación integral, al mismo tiempo que aprovecha la gran experiencia en relaciones públicas de Burson-Marsteller y las grandes capacidades digitales de Cohn & Wolfe, ha añadido Joseph.

«La marca y los valores de BCW demuestran una posición muy clara: nos estamos posicionando como el líder global en comunicación integral y estamos impulsando a todo el sector hacia adelante en este proceso», ha comentado la CEO global, Donna Imperato.

Si bien la fusión se anunció el pasado febrero, las dos agencias no unificaran su cuenta de resultados hasta 2019. En los últimos meses se han ido anunciando los cambios en el liderazgo de BCW en América del Norte, EMEA y Asia-Pacífico.

BCW en España

Con oficinas en Madrid y Barcelona BCW España está liderada por Carmen Valera como Presidenta Ejecutiva, quien ya ocupaba esta posición en Burson desde hace doce años.

Carmen Valera ha nombrado recientemente un comité ejecutivo para la nueva agencia y que está formado por:

Francisco López, Chief Operating Officer: López ocupaba esta misma posición en Burson desde hace dos años. Su principal tarea será garantizar que cada uno de los clientes de BCW disponga de los recursos profesionales adecuados a sus necesidades, y que, si éstas cambian, BCW tenga agilidad en su reacción para cubrir estas nuevas necesidades.

Almudena Alonso, Chief Innovation & Corporate Development Officer: ha dirigido los últimos 8 años C&W en España. En BCW liderará la estrategia de innovación para garantizar que proporcionamos una comunicación integrada que cubre todo el PESO (Paid, Earned, Shared y Owned media) siempre con servicios y herramientas punteras.

Raquel González, Chief Financial Officer, será responsable del plan financiero y de su control. Raquel tenía también esta responsabilidad en Burson.

Verónica Rodríguez-Mesa, como Chief Talent Officer, será responsable de la estrategia de recursos humanos, que incluye nuestras políticas de desarrollo profesional; Burson desde hace más de tres años, cuando se incorporó a nuestro equipo procedente de BCG.

Contacto:

bcw | burson cohn & wolfe

Izaskun Martínez Araico

t +34913846700 | +34932011028|  Izaskun.martinez@bm.com

@BCWSpain

 

Los pasados 1 y 2 de Junio se celebró la reunión anual de la Public Affairs Community of Europe que este año tuvo lugar en Nicosia (Chipre) bajo los auspicios de la Asociación Chipriota de Lobistas y Profesionales de los Asuntos Públicos, LPAP.

Esta reunión constituye un hito fundamental en la evolución del PACE. La razón es que, lo que empezó en 2011 en Roma como una red informal de asociaciones nacionales de profesionales de los asuntos públicos unidos por el objetivo de compartir información sobre las respectivas situaciones nacionales, es ahora, tras la reunión de Nicosia, una Asociación Internacional sin ánimo de lucro (AISBL – Association internationale sans but lucratif) con sede en Bruselas y Secretariado en Roma, y constituida legalmente conforme a la legislación belga.

Este hecho no habría sido posible sin las reuniones previas de Bucarest en 2016, en la que se tomó la decisión de dar un paso adelante en el fortalecimiento del PACE dotándole de forma legal, y Atenas en 2017, donde se me eligió por unanimidad como Presidenta de la futura asociación, y en la que se me encomendó la labor de elaborar unos estatutos que reflejaran fielmente los acuerdos adoptados hasta ese momento por sus miembros. Con el apoyo de los Presidentes de la asociación alemana, de’ge’pol, de la rumana Lobbying Registry Association, de la checa APAA y con la inestimable labor de impulso de Micol Bertoni, actuando como Secretaria General, se trabajó intensamente durante todo el invierno para cerrar unos Estatutos válidos desde el punto de vista legal, y que recogieran los distintos acuerdos y sensibilidades.

Lo importante es que ahora el PACE representa a un total de 16 asociaciones nacionales de otros tantos países, así como a profesionales individuales procedentes de Grecia y Portugal, por ser países donde no hay asociación, con la misión de dar voz a la realidad de los asuntos públicos en los distintos países europeos. Esto implica, por un lado, conocer dichas realidades (ámbito éste en el que el conocimiento y la información de la que dispone la red son insuperables) y por otro, promover una cultura ética y profesional de los asuntos públicos en toda Europa, a través de recomendaciones a las asociaciones nacionales sobre los elementos deontológicos o regulatorios claves para nuestra actividad.

También es objetivo del PACE relacionarse con organizaciones afines, y por este motivo, desde muy pronto, acuden a nuestras reuniones anuales representantes de las asociaciones que operan a nivel de instituciones europeas, EPACA y SEAP, con Transparencia Internacional  y más recientemente, con la oficina europea del norteamericano Public Affairs Council.

Desde un punto de vista geopolítico, la representatividad del PACE trasciende las fronteras de la Unión Europea, y en estos momentos representa a las asociaciones de Suiza, Serbia, Montenegro, y cualesquiera otras que se puedan constituir más adelante en otros países europeos. Por este motivo, nuestros stakeholders no son solo las instituciones de la UE sino también, la OCDE o el Consejo de Europa.

Me complace mucho incidir en el liderazgo de APRI en este proceso, ya que el apoyo de la Asociación española desde los mismos orígenes del PACE ha sido crucial para lo que es ahora, esfuerzo y liderazgo que se han visto recompensados con la Presidencia de la Asociación europea.

 

María Rosa Rotondo

Presidenta de APRI y del  Public Affairs Community of Europe

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En un panorama como el actual, es cada vez más importante conocer bien el contexto y saber planificar escenarios. Una correcta gestión de los asuntos públicos, ayuda a anticipar los cambios en el marco legislativo y regulatorio, a detectar amenazas y oportunidades y facilita el acceso y permanencia de la organización en el mercado.

Es innegable que el entorno en el que nos movemos es cada vez más complejo, cambiante y altamente competitivo. Las empresas tienen que operar en un contexto de gran incertidumbre internacional, sometido a fuertes cambios geopolíticos, regulatorios y jurídicos. Es fundamental para su supervivencia saberse adaptar y reaccionar de manera continua e inmediata a nuevas exigencias, oportunidades  y riesgos.

En mis más de diez años al frente de una asociación empresarial he podido constatar como la gestión de los asuntos públicos se ha convertido en una herramienta de alto nivel estratégico para las organizaciones ya que impacta directamente en la estrategia de negocio y, por tanto, es clave de cara a garantizar su sostenibilidad, mejorar su competitividad, posicionarse en nuevos mercados y disminuir el riesgo de exposición; y no solo para las multinacionales, sino también para las pequeñas y medianas empresas.

En la actualidad estamos asistiendo a dos grandes disputas globales muy significativas y de vital importancia estratégica para las empresas, las del acceso y control de los recursos naturales (sean estos limitados o no) y la información.

También, en este contexto, empresas como Google, Amazon o Facebook se están posicionando como nuevos grupos de presión, pasando de no tener presencia en la esfera política a destinar importantes cantidades de sus presupuestos a la gestión de los asuntos públicos. Estas empresas, que muchas veces operan en entornos no regulados, suponen una amenaza y un desafío para los sectores económicos tradicionales, que cuentan con mucha influencia política y una red consolidada en materia de relaciones institucionales. Ante esta realidad, en los últimos años y en diferentes ámbitos, estas nuevas empresas se están enfrentando a muchas batallas legales con el objetivo de conseguir acceso a mercados muy competitivos y regulados.  Casos como el de Airbnb y la industria hotelera, Uber y Cabify y el sector del taxi, el Gobierno de los Estados Unidos y los drones de Amazon o el disputado, durante más de diez años, fin del roaming en Europa, ponen de manifiesto la creciente complejidad del ecosistema empresarial actual y la relevancia estratégica que tiene para las organizaciones la función de asuntos públicos.

Además, en esta compleja madeja por desenredar, las empresas no son inmunes a la actividad política. Al contrario, forman parte de ese complejo mapa de intereses, objetivos, decisiones e influencias que la conforman. No podemos olvidar que las decisiones políticas, muchas veces influidas por otras empresas o sectores que alinean sus intereses con el interés general (que es el del político), repercuten directamente en la actividad de una empresa y, por tanto, en sus perspectivas de futuro, pudiendo cambiar el entorno o las reglas del juego en el que se mueve. Un proyecto de Ley puede hacer que caiga su cuenta de resultados o trastocar sus balances, un trámite administrativo puede ralentizar o bloquear un proyecto en el que se han invertido millones de euros. Por eso la gestión de lo público es un elemento esencial para su éxito y supervivencia, ya que les permite anticiparse, actuar y gestionar la capacidad de influencia.

NebulosaPor otra parte, desde el punto de vista de la creación y posicionamiento en nuevos mercados, una correcta estrategia de asuntos públicos puede influir y encontrar el apoyo político necesario para generar el camino legal que provoque su apertura. Sirva como ejemplo el curioso caso de la acción planteada en 2013 por un grupo de empresas estadounidenses (Deep Space Industries y Planetary Resources) que anunciaron su intención de explotar los recursos de miles de asteroides cercanos a la Tierra en las próximas décadas. Dos años después, y prácticamente al final de su mandato, Obama firmaba una ley histórica, que reconoce el derecho de ciudadanos estadounidenses de ser propietarios de recursos de cuerpos celestes, y de venderlos, salvando las barreras legales que en materia de propiedad espacial promulgó en 1967 el Tratado del Espacio Exterior, que prohibía la reivindicación de cuerpos celestes por parte de los gobiernos. Para conseguirlo la administración Obama argumentó que lo mismo no se puede aplicar a las empresas privadas o a los posibles derechos de explotación. Esto supuso el pistoletazo de salida de la llamada economía espacial…

Cristina Afán de Ribera

 

Cristina es experta en Asuntos Públicos y Lobbying, cuenta con más de 15 años de experiencia en el Sector Medioambiental y es también socia de APRI.

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@Cristina_Afan

 

 

 

La nueva Ley de Transparencia y Buen Gobierno, que en estos momentos se encuentra en trámite de ponencia en la Junta General, va a regular la existencia de lobbies de presión. Es decir, que haya transparencia en los encuentros entre estos ‘grupos de interés’ y los altos cargos del Gobierno.

 Este ha sido el principal tema de debate en la reunión de la ponencia del proyecto de Ley de Transparencia y Buen Gobierno, que esta presidida por el diputado de IU-IX Gaspar Llamazares y que se ha reunido este miércoles en la Junta General.

Había tres enmiendas relativas a este tema a propuesta de PP, Podemos Asturies y Ciudadanos y se ha acordado fusionar las tres para que se recoja que un ‘grupo de interés’ son las personas físicas o jurídicas y las organizaciones que se dedican a influir en los procesos de elaboración de las políticas o disposiciones normativas, en la aplicación de las mismas o en la toma de decisiones de la Administración.

Además, la definición de lobby en la futura ley va a extender su ámbito y se van a considerar, además de los que están instaurados en Asturias, aquellos que puedan influir directamente en el sector asturiano y que no estén instaurados en la comunidad.

En declaraciones a Europa Press, el diputado ‘popular’ Rafael Alonso ha destacado que así se va a permitir dar «transparencia» a la figura de los lobbies, «que empieza a tener entrada y hay que regularlo» para saber cómo pudieron influir o participar en el proceso de redacción de una disposición.

Además, ha señalado que la futura ley va a hablar de ‘grupos de interés’ y no de lobbies, «que es un anglicismo». Por otro lado, ha indicado que todos los grupos parlamentarios parecen haber dado la «bienvenida» a esta regulación» y que existe un «cierto ánimo de acuerdo».

Por otro lado, desde Podemos Asturies, Emilio León, ha señalado que la política asturiana ha estado protagonizada por personas o grupos de presión «que nunca han tenido que rendir cuentas». Así, ha apuntado a personas y entidades «que tuvieron las puertas abiertas de la administración y que aparecen ahora como condenados por evasión fiscal o relacionadas con Gitpa y la trama del cable».

Con todo, ha señalado que la «prueba del algodón» sobre la voluntad del Gobierno asturiano de avanzar en la tramitación de esta norma será el próximo día 4 abril, «cuando se discuta la independencia de los órganos de control creados con esta Ley», ha sentenciado.

Desde Ciudadanos, la diputada Diana Sánchez ha afirmado que la ley no es «para nada» el texto que trajo el Gobierno, «que Ciudadanos está contribuyendo a su mejora como por ejemplo la regulación de los grupos de interés y la huella».

Además, ha señalado que desde su formación también han logrado introducir en la ley que los ciudadanos puedan evaluar a la administración a través del portal de transparencia «y se ha aceptado también nuestro estatuto del denunciante».

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La Secretaría General del Senado ha emitido un informe, propiciado por una denuncia de Podemos respecto a un viaje a Dublín de senadores del PP y PNV y parlamentarios de Cs invitados por una farmacéutica, en el que recomiendan aprobar un código de conducta de los parlamentarios para regular su relación con los ‘lobbies’. «Se trata de una materia que en cámaras parlamentarias de nuestro entorno se regula, con diverso nivel de intensidad, en los llamados códigos de Conducta, pero que hasta el momento no se han establecido en las Cortes Generales», explican los letrados.

El escrito incluye las recomendaciones del informe Greco (Grupo de Estados Contra la Corrupción) sobre España, relativo a «la prevención de la corrupción en lo que se refiere a miembros del parlamento, jueces y fiscales», adoptado en 2013 y que ha sido objeto de sucesivos informes sobre el cumplimiento de las recomendaciones contenidas en aquel. Entre las recomendaciones «pertinentes», los letrados destacan que «cada Cámara de las Cortes Generales apruebe un código de conducta de los parlamentarios, que incluya orientaciones, entre otros aspectos, sobre prevención de conflictos de intereses, regalos e invitaciones».

Por otro lado, el informe de los letrados también recomienda que «se adopten normas sobre el modo en que los parlamentarios se relacionan con los grupos de presión y con otros grupos que aspiran a influir en la función legislativa, que incluyan publicidad de sus contactos». Con todo, el informe evidencia la ausencia de regulación y concluye que “no resulta posible efectuar una valoración jurídica (…) dado que la cuestión se plantea en términos sumamente genéricos y, como se ha señalado, no hay normativa específica que regule esta materia”.

La senadora de Unidos Podemos por Álava, Kontxi Palencia, que instó a la Mesa del Senado a solicitar dicho informe sobre los viajes, estancias y regalos que empresas privadas (‘lobbies’) sufragan a los representantes de la Cámara Alta, entiende que “existe un grave problema ético cuando las personas encargadas de regular el sector farmacéutico, por ejemplo, disfrutan viajes o reciben regalos de las grandes empresas farmacéuticas». Desde el grupo confederal remarcan también que el informe de los letrados de la Cámara Alta «reconoce la necesidad de modificar el reglamento del Senado para avanzar en materia de transparencia, garantizando además que los representantes políticos de los españoles y españolas sirvan siempre al bien común y no a intereses particulares».

La portavoz de Unidos Podemos en la comisión de Sanidad impulsó una moción que se lleva esta semana a pleno sobre la regulación de estas prácticas, después de conocerse que un conjunto de senadores del PP y del PNV y de parlamentarios de Ciudadanos (Cs) viajó a Dublín el 26 de noviembre con todos los gastos pagados para «conocer las instalaciones» de Amgen, multinacional del sector farmacéutico. En concreto, según aseguraron fuentes del PP y del PNV a Europa Press, acudieron a Dublín cuatro senadores populares, una senadora del PNV y tres diputados de Cs en el Parlamento andaluz. Asimismo, desde el PP manifestaron que días antes de ese viaje había tenido lugar «un foro muy similar en Zaragoza al que asistieron miembros de todos los partidos y nadie dijo nada».

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Los grupos de presión ya han comenzado a inscribirse en el registro de lobbiescreado por el Gobierno de Ahora Madrid, que comenzó a funcionar a primeros de mes. Seis decenas de lobbies entre personas jurídicas, asociaciones y empresas de toda índole han cursado alta en la plataforma de Transparencia de la web municipal a lo largo del primer mes de 2018, aunque según aseguran desde el Área de Participación Ciudadana, Transparencia y Gobierno Abierto, encabezada por el edil Pablo Soto, «todavía ninguno ha solicitado una reunión con algún representante municipal».

Estos encuentros comenzarán a producirse con el paso de los meses. Al menos, ésa es la intención de la Ejecutiva de la alcaldesa, Manuela Carmena, que ha creado este registro con el objetivo de que estas personas o colectivos que pretenden influir en la toma de decisiones municipales dejen constancia de las reuniones y que éstas puedan ser consultadas por la ciudadanía. La inscripción es obligatoria para todo aquel que quiera ejercer de lobista, salvo las asociaciones y entidades que ya estén inscritas en el Registro de Entidades Ciudadanas del Ayuntamiento de Madrid.

Entre los primeros lobbies registrados aparecen empresas con importantes intereses económicos en la ciudad. Es el caso de la cadena de supermercados Mercadona, con más de 20 establecimientos en Madrid, que se inscribió el pasado 11 de enero, o de la multinacional de venta online Amazon, que tiene su sede central y otras delegaciones en distintos puntos de la capital y que se registró con el objetivo de «mantener reunión o encuentro», como consta en su ficha abierta al público a través de la web municipal.

Otras de las grandes empresas que no han tardado en posicionarse son Uber y Cabify, que a través de la patronal Unauto VTC (la principal asociación del sector de alquiler de vehículos con conductor profesional) trasladan la denominada«guerra del taxi» también a este ámbito. Del otro lado, la Federación Española del Taxi ha hecho lo propio, registrando no sólo a esta organización, sino también a su secretario técnico, Emilio Domínguez del Valle.

Mucho interés económico podría haber también en el caso del gigante inmobiliario Unibail-Rodamco, que cuenta con 12 grandes superficies comerciales en nuestro país, tres de ellas en Madrid: Equinoccio, Parquesur y La Vaguada. Esta compañía anunciaba recientemente que invertirá más de 800 millones de euros en España durante los próximos cinco años, según publicaba Expansión. Asimismo, la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) o la ANFAC-Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones también se han dado de alta durante las últimas semanas.

Pero no solo de grandes nombres vive este registro de lobbies, que ya cuenta con una composición de lo más variopinta. Con unos intereses muy alejados de la lógica del capitalismo se encuentra por ejemplo la organización Mis Amigas Las Palomas, que lleva ya varios años luchando por los derechos de estas aves, tan odiadas por muchos ciudadanos. Ecologistas en Acción completa el listado de organizaciones en defensa de la fauna y el medio ambiente.

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Ciertamente, el ejercicio del lobby en España está preso de una serie de mitos que lo hacen incomprendido y oscuro. La corrupción ha reforzado esos mitos y ha dañado la imagen de los grupos de presión. Pero las razones de la desconfianza y de la distancia del ciudadano medio hacia los lobbies son, además de la corrupción, la juventud de la que aún goza nuestra democracia, la histórica ausencia de regulación de la profesión y la consecuente falta de transparencia de dicha actividad.

Sin embargo, en España, la mayoría de la población no ha interiorizado aún que los sindicatos, las asociaciones de consumidores, o las organizaciones sociales que reivindican los derechos LGTB, por citar algunos ejemplos, también son lobbies, ampliamente aceptados por la sociedad, aunque sus intereses no son corporativos.

Pero, ¿qué es el lobby?
Según la RAE, lobby significa «grupo de personas influyentes, organizado para presionar en favor de determinados intereses, es decir, un colectivo con intereses comunes que realiza acciones dirigidas a influir para promover decisiones favorables a los intereses de ese sector concreto de la sociedad».

Cuando leemos esta definición, el imaginario colectivo nos lleva a despachos en donde un político intercambia favores con una persona sin rostro, representante de poderosos intereses empresariales. Esto sucede, pero no es lobby; es, en todo caso, tráfico de influencias. En cambio, no pensamos en un sindicato amenazando con una huelga si, en una nueva legislación laboral, hay cambios que afecten a sus trabajadores. Y es que los métodos de los lobbies son distintos, pero el fin es el mismo: influir en la elaboración de las leyes y regulaciones, y en la toma de decisiones.

Un engranaje básico de las democracias desarrolladas
En EEUU, por ejemplo, los lobbies son un engranaje fundamental de la democracia. Son poderosas organizaciones de presión política que tienen un peso incuestionable en la creación de muchas leyes o en el mantenimiento de muchas otras. Aunque tendamos a creer que compran voluntades, el político que escucha a estos grupos también evalúa el peso, en el caso del lobby corporativo, que tienen estas industrias y sus intereses en el tejido económico y social del país: millones de dólares en impuestos y miles de puestos de trabajo que deben ser tenidos en cuenta -a Eisenhower se le atribuyó la frase de «lo que es bueno para la General Motors lo es también para EE UU»-. Así sucede también con lobbies no corporativos. Toda persona que represente una empresa o sector importante, o a un colectivo muy numeroso, defiende un interés que el legislador debe ponderar.

Sin salir del ejemplo norteamericano, los lobbies no son infalibles. El carbón y el acero perdieron la partida durante la Administración Obama y el lobby de las tabacaleras fue derrotado por las condenas millonarias en los juzgados en la década anterior. En estos casos, otros factores fueron determinantes, entre ellos, el bienestar colectivo de la población. Para que los intereses defendidos tengan éxito, deben también ser importantes y comprendidos para un espectro amplio de la sociedad. Si el tabaco mata, o si el carbón daña el planeta, la presión social es más fuerte que cualquier otra presión que pueda ejercerse sobre cualquier político. Como subraya Daniel Ureña, de MAS Consulting, «no hay lobbies buenos y lobbies malos, sino que lo que debe juzgarse son los intereses que cada uno defiende.» Para los lobbies, la imagen pública de los intereses que defienden es tan importante como su labor de influencia con los poderes políticos.

En las democracias avanzadas, pues, los lobbies se han convertido hoy en canalizadores de demandas e información muy útiles en la toma de decisiones. Cuando se está elaborando una ley sobre un sector específico, es necesario que el legislador oiga todos los puntos de vista, reciba informes cualificados, estudie cómo la ley afectará a empresas, a ciudadanos, al medio ambiente, etc., y en ese momento los grupos de presión juegan un papel vertebrador y, en la mayoría de los casos, beneficioso.

La lucha por una mayor transparencia
La problemática actual del lobby en España radica, precisamente, en sus métodos. Una mayor transparencia es lo que demandan, entre otros, la Asociación de Profesionales de las Relaciones Institucionales, así como distintos organismos, para normalizar esta actividad.

En febrero de 2017 la Comisión Europea criticó la falta de regulación de los lobbies en España. La recientemente fallecida Esther Arizmendi, presidenta del Consejo de Transparencia y Buen Gobierno, denunció en su testamento la «opacidad de la Administración» y las deficiencias de la vigente Ley de Transparencia (aprobada en diciembre de 2013) por la cual se creó el primer Registro de Grupos de Interés en España, en funcionamiento desde marzo de 2016.

Por su parte, Transparencia Internacional destaca que el lobby es síntoma de una democracia dinámica, pero que necesita estar dotada de más control y transparencia. En este sentido, en el último índice de Percepción de la Corrupción, elaborado por Transparencia Internacional, España estaba en el número 41 de 176; no era una mala posición, pero estaba por detrás de Bostwana, Cabo Verde, Qatar o Lituania.

Bienvenidos y regulados sean
Los lobbies en España no mejorarán su imagen hasta que exista una mayor transparencia y hasta que la sociedad no interiorice los beneficios que reporta esta actividad.

El lobby profesional es legítimo y sano para una democracia. Es, también, un sector económico en auge y que, con una regulación efectiva, puede ayudar a mejorar los mecanismos de la democracia representativa y defender mejor los intereses de los ciudadanos. Los lobbies, sí, son normales, y necesarios.

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La actividad de los grupos de presión en Estados Unidos es legal, está aceptada y puede conseguir resultados favorables. No son relaciones públicas y tampoco es una herramienta estrictamente jurídica, pero la influencia forma parte del juego del poder en Washington. Google acaba de convertirse en la empresa que más invierte en estas prácticas, hasta ahora copadas por otras industrias o por asociaciones de empresarios.

Las empresas de Silicon Valley se han convertido en los últimos años en las que más dinero emplean en mejorar su imagen y en introducirse en el entramado del poder. Google ha batido su propio récord, con 18 millones de dólares en 2017, y se ha situado por primera vez como la compañía que más se ha gastado en influir en los legisladores. Desbanca así a los sectores que tradicionalmente hacían grandes esfuerzos de presión, como la industria tabaquera o la de alimentación.

El Centro de Política Responsiva ha publicado los datos de las diferentes empresas que ejercen el lobby frente al gobierno federal. El buscador está en la cima. Ejerció presión en temas diversos, desde la emigración, la reforma fiscal, la diversidad, la neutralidad de la red o la publicidad online. Esta cifra está muy por encima de lo que emplearon otros gigantes de las telecomunicaciones.

Amazon y Facebook aparecen también en la lista, pero mucho más abajo, en los puestos 16 y 24 respectivamente. En el ejercicio anterior fue la National Association of Realtors, la unión de corredores de fincas, la que ocupó la primera plaza. Lo habitual es que sean grupos, sindicatos o conglomerados que aúnan industrias los que más gasten, pero no compañías a título particular.

Hace 30 años el Centro de Política Responsiva comenzó a recolectar datos. No hay registros anteriores, pero desde que lo siguen, esta es la primera vez que una empresa concreta lidera la lista. Sarah Bryner, directora de la investigación, ha explicado al portal de tecnología Gizmodo, que los de Mountain View han ido escalando posiciones desde el puesto 15, superado a los grupos que tradicionalmente tenían más intereses en conseguir un marco legal favorable, como AT&T, la mayor empresa de telecomunicaciones del país, y Boeing, involucrada en defensa, electrónica y transporte aéreo.

A Bryner no le sorprende que los nuevos líderes tecnológicos ya no estén en garajes inventando nuevos productos, sino ejerciendo su influencia más allá de la web. “Hay un mito muy arraigado. Se considera que ellos no intervienen en cómo se apuntala políticamente su industria”, explica. Llama la atención el caso de Amazon, que gastó 13 millones de dólares. Facebook se quedó en 11. La investigadora no cree que estas acciones tengan un efecto inmediato, pero sí que consiguen que sus opiniones se escuchen y aporten puntos de vista diferentes. “Google siempre ha mantenido el don’t be evil (“no seas malo”, lema fundacional de la empresa) y no hay nada de malo en gastar dinero en política, pero sí es importante que la opinión pública lo sepa, que lo vigile”, argumenta.

Apple no está entre las corporaciones que más invierten en estas labores. Se queda en siete millones de dólares, pero llama la atención que su partida aumentase un 51% solo en un año. Entre los intereses de los de Cupertino se encuentran el cambio climático, las aplicaciones relacionadas con la salud y los coches autónomos. Apple, Google y Facebook no han explicado esta actividad. Tan solo lo ha hecho Amazon en un comunicado escueto: “Como uno de los grandes creadores de empleo de este país, hemos ampliado nuestro equipo en Washington D.C. para asegurarnos de que podemos estar encima de temas legislativos importantes que afectan a nuestros empleados y nuestros consumidores”. De manera colectiva se han agrupado en The Internet Association para “de forma proactiva vigilar al vigilante en todo lo referido a Internet y los posibles efectos negativos de sesgos raciales o de género, de modo que se identifiquen y minimicen rápidamente”.

En el listado también aparece Uber. Ejerció presión para que se aprobase una normativa de “avances en despegue y aterrizaje vertical”. Un aspecto básico para que su prometido coche volador, más parecido a un helicóptero comunitario, sea una realidad.

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El  Consejo estatal de Transparencia y Buen Gobierno ha presidido una reunión en su sede con los Comisionados y organismos independientes de transparencia de las CCAA. El encuentro se enmarca dentro de las relaciones permanentes que mantiene el Consejo con los presidentes de los órganos autonómicos de garantía.

Desde la fecha de su creación, el Consejo de Transparencia del Estado ha buscado la colaboración y el consenso con los distintos órganos autonómicos con competencias en materia de transparencia para todas las cuestiones de interés común y los temas más relevantes en el ámbito de la información pública.

Para continuar por esta vía y profundizar en sus resultados, en la reunión se ha acordado la implantación de un modelo de colaboración permanente basado en reuniones trimestrales y en creación de grupos de trabajosobre aspectos de interés común.

Ley de contratos del sector público

La nueva Ley de contratos del sector público otorga una nueva competencia al Consejo de Transparencia, concretamente la obligación de emitir un informe sobre la prevalencia o no del derecho de acceso a la información pública frente las decisiones de los órganos públicos de contratación de aplicar cláusulas de confidencialidad a determinados datos de los anuncios de formalización de los contratos.

Esta previsión, según la Disposición final primera de la Ley de contratos del sector público, tiene carácter básico y, en consecuencia, alcanza también a los Comisionados autonómicos en su respectivo ámbito territorial.

En el encuentro se han valorado las consecuencias de esta nueva competencia. Tanto el Consejo de Transparencia estatal como sus homólogos autonómicos han coincidido en la actual falta de medios para poder llevar a cabo esta tarea.

Lucha contra la corrupción y protección del denunciante

En la reunión se han abordado también las modificaciones que propone introducir en la Ley de transparencia la proposición de Ley integral de lucha contra la corrupción y protección de los denunciantes, presentada por el grupo parlamentario de Ciudadanos en el Congreso y que actualmente se encuentra en tramitación.

Entre las modificaciones propuestas se encuentra la creación en el ámbito estatal de un registro electrónico de lobistas y lobbies de carácter público y gratuito, cuya gestión y control encomienda, en el ámbito estatal, al Consejo de Transparencia y Buen Gobierno.

La medida, de revestir el carácter de norma “básica”, implicará la creación de un registro paralelo en las CCAA que aún no han legislado en materia de lobbies y la atribución de la gestión del mismo a los organismos garantes de la transparencia.

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