Combinar asuntos públicos y estrategia de negocio será el gran reto de las Startups a partir de ahora. El nuevo escenario post-crisis al que nos vemos abocados, hará aún más urgente y necesario, si cabe, esta cuestión.

Agustín Baeza Díaz-Moreno, Director de la Asociación Española de Startups

El conjunto de los sectores económicos afronta un nivel de incertidumbre nunca visto en las últimas décadas. Además de la crisis sanitaria y su incalculable impacto en forma de pérdida de vidas humanas, el conjunto de la sociedad trata de hacer frente a un presente y un futuro inmediatos en el que parece que han desaparecido de golpe todas las certezas conocidas.

El sector de las startups está siendo fuertemente golpeado como buena parte de la economía. Pero además, por su propia naturaleza y por su singularidad como modelo empresarial, son especialmente vulnerables a estos tiempos de crisis. Por ello, desde la Asociación Española de Startups, hemos trabajado durante los últimos días con otros agentes del ecosistema para definir medidas y políticas públicas concretas en favor de las startups. El gobierno ya las conoce. Son medidas absolutamente necesarias para garantizar que fluya la liquidez y que ello permita a la mayoría de ellas su supervivencia. Nuestro trabajo como responsables de asuntos públicos es ser más exigentes que nunca, pero al mismo tiempo, modular de manera responsable el tono y la comunicación en estos momentos tan convulsos para todos.

Están en juego no sólo ya los puestos de trabajo y miles de empresas, sino también, la supervivencia del conjunto del ecosistema innovador y de emprendimiento que será decisivo para relanzar la economía española cuando pase la crisis sanitaria y comiencen las labores de reconstrucción de nuestra economía.

En los últimos tiempos he insistido mucho en la necesidad de que las startups comiencen a gestionar de manera adecuada y desde el primer momento los asuntos públicos. Una herramienta que cada vez será más necesaria para que las startups puedan impulsar sus modelos de negocio. Combinar asuntos públicos y estrategia de negocio será el gran reto de las Startups a partir de ahora. El nuevo escenario post-crisis al que nos vemos abocados, hará aún más urgente y necesario, si cabe, esta cuestión.

Ya lo está siendo ahora que vivimos en tiempo presente la grave crisis que afrontamos en todo el mundo. Desde la Asociación insistimos mucho en la necesidad de conciliar la defensa de intereses del conjunto del sector con los intereses generales de la sociedad. Alinear intereses es la mejor forma de defender intereses legítimos. Antes era una buena práctica, puede que a partir de ahora ese constituya en el paradigma dominante. El diálogo y la conversación que siempre es tenso, exige ahora grandes dosis de profesionalidad, de mentalidad fría, pero al mismo tiempo ser más empáticos que nunca con tus interlocutores, sometidos también a una gran tensión.

Podemos observar innumerables iniciativas del sector emprendedor en la que nuestros emprendedores y startups están aportando con lo mejor que saben hacer: salirse de la caja y ofrecer soluciones a los problemas sociales. Desde grupos de hackers y makers que están diseñando y produciendo todo tipo de material sanitario escaso (respiradores, cápsulas, etc), pasando por startups que están ofreciendo su inteligencia y experiencia en materia de data para ayudar a diseñar en tiempo récord herramientas de gestión avanzadas para luchar contra la pandemia, hasta llegar a la genuina colaboración con administraciones sanitarias en lo que estas demandan.

Todas ellas, iniciativas orientadas al procomún que demuestran una vez más la enorme contribución en forma de riqueza y de capital simbólico y productivo que genera el ecosistema de innovación y de emprendimiento. El reto será que esta colaboración público-privada se mantenga más allá del escenario presente de urgencia y de crisis de estas semanas, desatando los nudos burocráticos y de diferencia de culturas y estilos de gestión, que hasta ahora han impedido su desarrollo. Muchas cosas van a cambiar. Probablemente también en esta profesión de las relaciones institucionales y asuntos públicos. Tenemos que repensar el conjunto de nuestras ideas, empezando por nuestros tradicionales mapas de stakeholders. Una parte de la ortodoxia ha quedado atrás. Hay que construir nuevas herramientas para afrontar la nueva era en la que estamos entrando.