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Creatividad, mejorar la sociedad, flexibilidad o liderazgo basado en el pensamiento estratégico son algunas de las características más valoradas, en el plano profesional, por los Millennials. Estos datos resultan de especial interés, ya que según una proyección de la consultora Deloitte, en 2025, los Millennials representarán el 75% de la fuerza laboral del mundo.
¿Debe ser un buen lobista creativo y tener una visión estratégica? ¿Debe un buen lobista buscar las externalidades positivas para lo sociedad o ser capaz de adaptarse a los cambios? La respuesta es clara, sí. La misión del profesional de las Relaciones Institucionales es, en última instancia, buscar el punto de encuentro entre los intereses representados, el interés del decisor público y el interés de la sociedad; en definitiva, buscar la sostenibilidad del sistema a través de una visión crítica y panorámica del sistema político y económico.
¿El sector de los Asuntos Públicos integra muchas de las habilidades de los Millennials? De nuevo, creo que la respuesta es claramente afirmativa. El manejo integrado de los nuevos medios digitales, la capacidad de adaptación a los contextos cambiantes, o la búsqueda de retos profesionales, son algunas de las competencias que hacen de nosotros, jóvenes de entre 20 y 35 años, grandes candidatos a ejercer la profesión de la representación de intereses.
No olvidemos que se ha producido un significativo relevo generacional tanto en el Congreso de los Diputados como en el Senado de España, en torno al 62% de los actuales diputados son nuevos en el puesto. Ésto lleva a la necesidad de que los profesionales del lobbying adapten sus mensajes y la forma de trasladarlos, algo que los jóvenes profesionales del sector ya integramos en nuestro toolkit.
Sin embargo, esta reunión de características favorables para el ejercicio profesional del lobbying por parte de los Millennials choca con el desconocimiento del sector por parte de éstos. Ni las oportunidades profesionales ni la oferta formativa existentes en el sector entran dentro del imaginario colectivo de los jóvenes que están finalizando sus estudios superiores y se enfrentan al reto de iniciar su carrera profesional. Las razones son múltiples, pero me gustaría destacar una: la ausencia de asignaturas específicas, en los centros universitarios, que aborden la representación de intereses como una profesión basada en metodología y deontología.
A modo de conclusión, quiero reivindicar el sector de las Relaciones Institucionales como un sector profesional joven, con muchos retos por delante, y fundamental para la articulación de los múltiples intereses que coexisten en una sociedad activa, transparente y democrática. Nuestro reto como “Grupo de Trabajo Jóvenes de APRI” es ayudar en la profesionalización del lobbying, a través de la realización de actividades con los centros universitarios y escuelas de negocio, como vía para la normalización de la actividad en España. Si logramos que los estudiantes universitarios conciban los Asuntos Públicos como una profesión con cuerpo teórico y práctico propios, habremos dado un paso importante hacia la consolidación de nuestra actividad.
Álvaro Sanz López
Álvaro es Consultor en Asuntos Públicos, miembro de la Junta Directiva de APRI e impulsor del GT Jóvenes de la asociación.