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El Parlamento, la Comisión y el Consejo Europeo inician a final de mes las negociaciones para arrojar luz sobre quién presiona a la Unión Europea. El objetivo es controlar la actuación de los lobbies que campan a sus anchas y mueven voluntades en favor de sus intereses. Las eurodiputadas Sylvie Guillaume y Danuta Hübner son las encargadas de llevar el peso de las negociaciones en representación del Parlamento Europeo. Hay quejas de organizaciones de la sociedad civil que se sienten discriminadas por no haber sido invitadas a un debate que se presume caliente en el que se pretende atar corto a los grupos de presión.

En la UE existen diferentes enfoques para regular el lobby, con solo siete países (Francia, Irlanda, Lituania, Austria, Polonia, Eslovenia y Reino Unido) que han aprobado legislación sobre el tema. El mandato del Parlamento Europeo  para las próximas negociaciones con la Comisión y el Consejo, aprobado por el presidente y los líderes del grupo, busca reforzar y mejorar la rendición de cuentas de las instituciones de la UE y garantizar un proceso de toma de decisiones transparente y abierto.

Negociaciones a puerta cerrada

“La primera reunión técnica tendrá lugar el próximo 29 de enero y la primera reunión política en febrero, mes que marcará el comienzo de las negociaciones. La principal novedad será seguramente la participación del Consejo de la Unión Europea en el Acuerdo. Cuando se traten otros asuntos veremos cómo marchan las negociaciones”, explica a La Celosía Michal Matlak, asistente personal de Danuta Huebner.

“Con respecto a las negociaciones sobre el Acuerdo Interinstitucional entre el Parlamento, la Comisión y el Consejo de la Unión Europea para un registro obligatorio de transparencia, las rondas de debate tendrán lugar a puerta cerrada. Los actores externos, incluidas las ONG como nosotros, no están invitados y los documentos de esas conversaciones no se harán públicos”, explica Theresa Crysmann, encargada de prensa de Corporate Europe Observatory, entidad que fiscaliza con rigor las anomalías cometidas por lobbies y lobistas.

“Los ciudadanos no saben qué intereses están siendo representados a nivel de la UE, quién los representa, en nombre de quién y qué presupuestos se están movilizando para persuadir a nuestros representantes electos a votar a favor o en contra de una política o decisión determinada. Eso es exactamente de lo que se trata la regulación del lobby: exigir la divulgación, a fin de fomentar la confianza en el proceso político. ¿No es eso lo que la UE necesita desesperadamente?” plantea Alberto Alemanno, autor de ‘Lobbying for Change: Encuentra tu voz para crear una sociedad mejor’.

Debate sobre el registro obligatorio

Para remediar esos defectos, la Comisión de la UE ha propuesto un Acuerdo Interinstitucional con el doble objetivo de hacer que el registro sea obligatorio y extenderlo al Consejo de la Unión Europea, donde se sientan los representantes de los Estados miembros, así como otros organismos de la UE. Para lograr estos objetivos, el nuevo régimen no solo impone requisitos a los lobistas, sino también a los propios responsables de la toma de decisiones, que pueden reunirse con las partes interesadas siempre que se hayan registrado.

“Es importante señalar que la propuesta de registro presentada por la Comisión en septiembre de 2016 no es para el registro obligatorio que la sociedad civil y el Parlamento vienen solicitando desde hace tiempo, es decir, un registro legalmente vinculante obligatorio para todos los lobistas. En cambio, el enfoque de la Comisión es que las tres instituciones se unan a un acuerdo interinstitucional sobre el Registro de Lobby de la UE.

Este acuerdo se basa en ofrecer incentivos a los lobistas, como reuniones con tomadores de decisiones o el acceso a las instalaciones, que están condicionadas al registro. El objetivo es hacer que el lobby no registrado sea lo menos atractivo posible. Pero no es un registro ‘obligatorio’”, señalan desde ALTER-EU que califican las próximas reuniones  como “una propuesta decepcionante”.

En opinión de esta organización que vela por la transparencia, el Consejo se une a la mesa de negociaciones en su mayoría con las manos vacías. “Probemos y comencemos con los aspectos positivos del mandato de negociación del Consejo. Antes que nada, es bueno que el Consejo finalmente haya aceptado unirse al Registro, aumentando así la transparencia a nivel de la UE. Concretamente, el Consejo acordó condicionar las siguientes actividades para los lobistas a su registro: participación en reuniones informativas temáticas y como ponentes en eventos públicos organizados por la Secretaría General para representantes de intereses, así como acceso a las instalaciones del Consejo”.

Desde ALTER-EU se hace hincapié en que el lobby no está regulado en España y, a pesar de la entrada en vigencia de la nueva ley de acceso a la información, sigue siendo casi imposible para el público saber quién está influyendo en los responsables de la toma de decisiones, con qué medios y con qué efecto. “Esto a pesar de la irrupción de nuevos partidos políticos, como Podemos y Ciudadanos, que han contribuido a introducir en la agenda política temas de conflictos de intereses causados ​​por el lobby no regulado y el fenómeno de la puerta giratoria”.

Deben publicarse los nombres de los lobistas

La falta de regulación y transparencia en torno al lobby también ha sido destacada por organizaciones de la sociedad civil, como Transparencia  Internacional en su informe Una evaluación institucional del lobby en España: Análisis y Propuestas. Por su parte Access Info Europe señala puntos importantes que deberían incorporarse en la legislación española a fin de garantizar la total transparencia. “El Poder Ejecutivo debe incluirse. Los grupos de presión se dirigen tanto a las ramas legislativa como ejecutiva y en España la mayoría de las leyes adoptadas son presentadas por el Gobierno. Es importante no olvidar que el lobby también puede servir para proponer cambios a la política o para evitar la redacción de legislación”.

Esta organización pide que se defina quién estará obligado a registrarse y qué información se les solicitará que publiquen. “Como mínimo, deben publicarse los nombres de los lobistas, los intereses específicos que representan y el presupuesto empleado en actividades de lobby”. También exige que los funcionarios públicos publiquen su próxima agenda de reuniones y también un registro de las reuniones realizadas con los grupos de presión. Asimismo ve oportuno que se hagan públicos los documentos de posición presentados por grupos de presión durante los procesos de toma de decisiones en curso.

El número de entidades registradas en la UE ha ido creciendo a lo largo de los años. En la actualidad hay más de 11.000 organizaciones con más de 80.000 empleados, incluyendo las no gubernamentales, asociaciones comerciales, compañías, sindicatos y consultorías. Casi una quinta parte tienen su sede en Bélgica.

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Las presiones denunciadas por Pedro Sánchez por parte de Telefónica y Prisa para que no formara Gobierno con Podemos, han puesto encima de la mesa un viejo debate en España: la regulación de los lobbies y la fuerte relación que existe entre empresas y políticos. Un matrimonio fructífero, carente de transparencia, que conlleva que surjan dudas sobre “una actividad que es normal. Las corporaciones defienden sus intereses y exponen sus argumentos. Es parte de la economía de mercado en la que vivimos”, según explica Manuel Villoria, catedrático de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.

Sin embargo, esa ausencia de transparencia es la que ocasiona los casos de corrupción, de puertas giratorias, de falta de confianza por parte de los ciudadanos.Por eso, el ex ministro de Trabajo, Manuel Pimentel, ve necesario “adoptar medidas de transparencia para que los líderes políticos puedan conocer a las empresas más importantes de un país, y saber de primera mano sus necesidades y puntos de vista sobre su sector”.

Una situación que sí se vive en el epicentro del lobismo europeo: Bruselas. Allí, con la Comisión y el Parlamento en marcha, existe un nutrido grupo de presión compuesto por más de 8.500 miembros que gastan, anualmente, más de 3.500 millones de euros en influencia. Son datos públicos, que recoge Transparencia Internacional, y a los que ha tenido acceso Merca2.es. En ellos se puede comprobar cómo es precisamente Telefónica la compañía que más reuniones ha mantenido con dirigentes de la Comisión y el Parlamento: 37 desde que arrancó el gobierno de Jean Claude Juncker.

Encuentros logrados por sus seis lobistas que se han mantenido, en su mayor parte, con el área de Economía Digital. Destacan cinco citas (de las 37 registradas) con el Comisario del área, Günther Oettinger, con el que se trataron temas relacionados con el mercado único digital.

Le siguen, a continuación: Gas Natural Fenosa con 19 reuniones; Banco Santander (18); Iberdrola (18) y Repsol (13). En total, este Top 5 invierte 3,4 millones de euros en este tipo de acciones.

En contra de lo que puede parecer, y de que sean compañías del Ibex 35, no son las que más gastan. La palma se la lleva Secure Electronic Voting (Scytl), que se deja más de 44 millones de euros y, sin embargo, no ha mantenido ni una sola reunión. Eso sí, cuenta con un representante que trata de influir en el proyecto de reforma electoral, según confiesa la propia empresa.

Le siguen otras menos conocidas, aunque en el Top 5 encontramos al Real Instituto Elcano (3,3 millones) y la Asociación Española de Banca, la patronal bancaria, que presupuesta 3 millones de euros y tiene a cinco personas contratadas para ejercer presión en las leyes.

Los lobbies españoles cuentan, en total, con 113 lobistas profesionales acreditados en el Parlamento Europeo, y su presupuesto total asciende a más de 74 millones de euros.

No sólo las empresas están allí registradas. Encontramos también a patronales como la CEOE, que cuenta con 5 personas y un presupuesto de 700.000 euros; o alguna de sus territoriales como la CEOE de Tenerife, la de Teruel o la de Cantabria. Aparecen también otras como la patronal farmacéutica, Farmaindustria; la Asociación Española Hipotecaria o el sindicato Comisiones Obreras.

Por cierto, que el español Miguel Arias Cañete, comisario de Acción por el Clima y Energía, es el que más encuentros mantiene con estos grupos de presión: 350 desde que llegó al cargo. Se ha visto las caras con empresas y organizaciones de media Europa, entre ellas españolas como: Acciona, Cepsa, la Asociación Española Eólica, la Asociación Española de Cogeneración, UNESA, o Gas Natural Fenosa.

Como pueden ver una publicidad que se da en Bruselas, pero que en España es imposible. Por eso, los expertos reclaman más transparencia, pero también trazar la llamada Huella Legislativa que permite seguir la trazabilidad de una norma. Los primeros pasos se han dado, con la Ley de Transparencia de la Generalitat, o con algunas normas en Madrid y Barcelona. Sin embargo, y a tenor de lo declarado por Sánchez, parece que son insuficientes y se necesita avanzar en una norma Estatal.

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Las campañas de comunicación se han convertido en una de las armas más potentes para conseguir llamar la atención de los decisores en los órganos de decisión de la Unión Europea. A las tradicionales agencias de noticias y medios de comunicación especializados en la actualidad del Parlamento y la Comisión se suman las redes sociales. Russell Patten, CEO de Grayling Bruselas y Chairman de Asuntos Públicos para EMEA de la agencia de comunicación desvela cuáles son los medios de comunicación con más influencia y cómo utilizarlos para hacer lobby en Europa.

La mayor profesionalización del lobby y el acceso a los medios de comunicación de masas han provocado que cada vez más los encargados de legislar y tomar decisiones en el seno de la Unión Europea se dejen influenciar irremediablemente por los medios de comunicación, que actúan en muchas ocasiones como factores determinantes en la puesta en marcha de leyes o regulación. Muchas consultoras de lobby y asuntos públicos saben que un titular en el medio de comunicación adecuado en el momento justo puede cambiar la decisión de los europarlamentarios.

Según Russell Patten, CEO de Grayling Bruselas, “para hacer lobby es clave acudir a las tres instituciones europeas, es decir, el Parlamento Europeo, la Comisión y el Consejo. Además, se necesita ser activo no solo en Bruselas, también las otras capitales europeas, Estrasbursgo y Luxemburgo”.

Pero en las estrategias de lobby y asuntos públicos en la Unión Europea también son claves los medios de comunicación. Aquí los diferentes medios se eligen dependiendo de su difusión. Así, las cabeceras que más influencia tienen en Bruselas son EurActiv, ENDS, Europolitics, Euronews o euobserver.com. A nivel internacional las agencias de noticias Reuters, Bloomberg o Financial Times son los medios por excelencia. Pero también las redes sociales se han convertido en medios capaces de ejercer presión sobre los órganos de decisión, como Twitter, Facebook o Linkedin.

Además de una correcta estrategia en medios de comunicación, Russell Patten apunta una serie de consejos para hacer lobby en Bruselas:

  • Conocer el proceso, así podemos intervenir en el momento preciso: “cuanto antes, mejor”
  • Operar en los tres órganos de decisión en Bruselas y en las instituciones clave de los estados miembros
  • Asegurarse que los mensajes clave son verdaderos y sólidos
  • El medio es el mensaje, así que asegúrate que tu interlocutor es creíble
  • Usar prescriptores del tercer sector y stakeholders que te den credibilidad
  • Espera lo inesperado y monitoriza
  • El lobby trata de encontrar soluciones y compromisos

 

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Un total de 9.938 grupos de presión y organizaciones interesadas en influir en la legislación de la UE se han inscrito hasta ahora en el registro de transparencia que Bruselas creó en 2008 y que tenía carácter voluntario. El pasado miércoles 28/09, la Comisión Europea ha propuesto ir un paso más allá: convertir el registro en obligatorio para todos los lobistas que quieran reunirse con representantes no sólo del Ejecutivo comunitario sino también de la Eurocámara y del Consejo de ministros de la UE.