Adriana Bonezzi, Coordinadora del Grupo de Trabajo APRI Salud

Cuando en 2019 creamos el grupo de APRI Salud jamás pensamos que podíamos vivir algo así. Por un lado, el aumento de asociados comprometidos con la salud y la visibilidad de la defensa de los asuntos públicos o relaciones institucionales.

Por otro, la pandemia global que ha conseguido parar al mundo en 2020. Covid 19 vino para cambiar nuestras vidas, para siempre.

El 2020 ha colocado firmemente la salud en el centro de los valores sociales, incluida la equidad, la solidaridad y la participación ciudadana, además de visibilizar el dolor y sufrimiento compartido de todos.

Empezamos con la idea de juntar a los profesionales de las relaciones institucionales, los asuntos públicos o el lobby que se ocuparan de salud, no entendida como “sanidad”.

Siendo experta en derecho sanitario, veo las sinergias de todos los entornos que se juntan en el paciente como centro, los profesionales sanitarios, las administraciones, las asociaciones…pero esa “salud” nos afecta a todos. Todos somos potenciales pacientes. Eso creíamos.

Cuando la ola de la pandemia llegó, nuestras vidas se detuvieron. Algunas para siempre, desgraciadamente. Otras, unos meses. Otras, apenas fueron conscientes de los inevitables cambios empresariales, sociales, políticos, administrativos que llegaban…para quedarse…

Colaboración socio – sanitaria, dignidad de los mayores, el proyecto del Hospital de Ifema, gestión de crisis sanitaria desde la perspectiva de la administración, comunicación sanitaria en tiempos de crisis, las necesidades de los pacientes, el impacto bioético de las vacunas o los conflictos jurídicos sanitarios fruto de la pandemia fueron sólo algunos de los temas que hemos afrontado con ponentes expertos a lo largo del año pasado.

Tras un año en el que esperábamos ver la luz al final del túnel, seguimos viviendo con restricciones a la libertad, pero velando por la salud pública. Queda mucho por hacer y por re- decorar.

Los retos que tenemos en el año cero son: afrontar las secuelas que deja la pandemia: la financiación del sistema sanitario, el impacto en la salud mental de todos (mayores y niños también), la necesaria adaptación   – constante – de las administraciones públicas que deben – cada día más – escuchar a los administrados o ciudadanos.

Cada vez el perfil institucional es más necesario, cada vez más profesionalizado en empresas, en asociaciones, foros… (no va sólo de contactos); conectamos personas, creamos proyectos mediante la transparencia, la ética, la responsabilidad, la regulación de la profesión y la integridad generando un valor activo en la sociedad.  Necesitamos ahora el respeto de todos para con nuestra profesión.

Te animo a que te sumes a nuestro grupo y aportes tu granito de arena.