El jueves 11 de junio, APRI organizó un coloquio sobre la conciliación antes y después de la crisis sanitaria. Esta sesión moderada por la presidenta de APRI María Rosa Rotondo, contó con la presencia de Ariane Aumaitre, investigadora en el Instituto Universitario Europeo de Florencia, Esteban Álvarez, presidente de la Asociación de Directores de Centros Públicos Madrid (ADIMAD), Begoña Ladrón de Guevara, presidenta de la Confederación de Padres de Alumnos (COFAPA), y Mayte Sancho, miembro del Comité Técnico de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG).
En orden de intervenciones, Ariane comenzó mostrando las dificultades en materia de conciliación durante el estado de alarma. A lo largo de estos casi tres meses, ha habido una carga repentina de cuidados que ha recaído en su totalidad en las familias, que se han visto obligadas a reducir jornadas laborales sin prestaciones económicas o a dejar a los niños al cuidado de los abuelos con lo que ese riesgo conllevaba. Ahora que estamos a punto de entrar en la nueva normalidad, Ariane resaltó que sigue sin haber políticas públicas al respecto, un hecho que podría tener un impacto muy negativo en cuestión de igualdad de género, incrementando la brecha salarial, y en la infancia ya que programas clave para el desarrollo de los niños se han paralizado.
El siguiente ponente, Esteban Álvarez, expuso el debate de la conciliación desde la perspectiva de los centros educativos y resaltó la necesidad de que poderes públicos y empresas colaboren de una forma muy activa. Álvarez señaló que en la nueva normalidad la actividad lectiva debe ser presencial pero que la dificultad llega al intentar combinarlo con un problema de salud pública. De ese modo, destacó la importancia de adoptar medidas excepcionales y una mayor implicación y esfuerzo por parte de la administración, lo cual supondría un incremento de hasta un 30% del presupuesto en educación.
Begoña Ladrón de Guevara tomó el turno de palabra en siguiente lugar, con un discurso optimista en el que describió la nueva normalidad como una oportunidad para manifestar las dificultades en el sistema educativo. Resaltó en varias ocasiones la importancia de la unión entre la familia y la escuela siendo estas, dos instituciones complementarias, indivisibles y de gran relevancia. Además, manifestó que esta es una oportunidad para adoptar medidas con visión de futuro, reforzando el sistema educativo y permitiendo la conciliación entre la empresa, la familia y las escuelas.
Finalmente, Mayte Sancho representó al colectivo de los mayores, uno de los más vulnerables y afectados por la crisis sanitaria. Durante su intervención, expuso la realidad que han sufrido los mayores y personas dependientes a lo largo de esta pandemia que en muchas ocasiones se han visto sin la atención necesaria. Es por eso que el discurso de Mayte tuvo un matiz más negativo en el que destacaba la situación de precariedad en los cuidados que hay que reformular. Por otro lado, llamó a la reflexión sobre la escala de valor dentro de nuestra sociedad, en la que el colectivo de mayores carece de poder, concluyendo con la necesidad de generar conciencia para que la sociedad no se reduzca simplemente al sistema productivo.
Como conclusión del coloquio todos coincidieron en la importancia de crear grupos de trabajo con la participación de todos los colectivos afectados para buscar soluciones conjuntas.
Finalmente abrió una ronda de preguntas y un debate entre los ponentes, donde se matizaron temas como que la crisis sanitaria ha supuesto en los estudiantes un problema psicosocial más que educativo, las nuevas técnicas y herramientas de enseñanza que han surgido a raíz del estado de alarma o la necesidad de la tele-asistencia en el colectivo de personas mayores.