Óscar Méndez Martínez, Director de Relaciones Institucionales y Corporativas de Moore y socio de APRI

El  ámbito del negocio internacional, al igual que el resto de las actividades económicas nacionales, se ha visto y se verá afectado durante y después del COVI-19. A este COVID-19 se une que ya veníamos asistiendo, desde hace un tiempo a las grandes tensiones geopolíticas y comerciales que provocaban USA-CHINA  y la incertidumbre del Brexit.

Algo que llevamos notando con un mayor número de clientes es que nos venían demandando desde hace tiempo, el realizar reuniones de trabajo con distintas embajadas, embajadores y personal de las mismas. Para conocer de primera mano y  facilitar la oportunidad de inversión en países de la zona euro, tanto para abrir nuevos mercados en la mayoría de las ocasiones para la fabricación, compra de productos de países del norte y Europa oriental. Teniendo opción de transporte terrestre, acortando los tiempos y costes en la recepción de las mercancías, evitando tener grandes cantidades en stock, y aprovechando los benéficos que tiene el comercio en la zona euro, como no teniendo aranceles.

Las empresas tiene que operar en un contexto de gran incertidumbre internacional, sometido a fuertes cambios geopolíticos, regulatorios y jurídicos. A medida que vayamos superando la pandemia será importante ver cómo reaccionarán nuestros clientes, (Estados, instituciones, empresas y consumidores) ante el nuevo escenario.  Hemos tenido que cambiar la forma en que hablamos y nos comunicamos con nuestros clientes, en la forma de ofrecer nuestros servicios, a través mediante video conferencias con diferentes plataformas como Zoom, Teams o WhatsApp,.

Imaginar que va a pasar en el comercio exterior, en la política de internacionalización de las empresas, en lo flujos transnacionales de bienes y servicios cuando estamos inmersos en una cuarentena,  los poderes públicos han decidido interrumpir la actividad económica por razones sanitarias  a nivel mundial, me parece tarea presuntuosa y difícil.

Un acuerdo transversal sobre las medidas necesarias para salir de la crisis, sería algo verdaderamente deseable, pero pensamos que es poco probable.

Es innegable que el sector económico mundial se va a ralentizar, al igual que el comercio internacional. No obstante en el caso de España el sector exterior será fundamental, para superar los efectos creados por la pandemia, como lo fue en la crisis del 2008.

En esta nueva forma de internacionalizarse, las empresas españolas se reinventarán y deberán prestar atención a mayores y quizás diferentes acuerdos de cooperación en los países de destino, alianzas estratégicas en ambos sentidos, logísticas de transporte con valor añadido adicional al manejado hasta el momento y creo que también se abre una nueva ventana de oportunidad para la inversión directa en el exterior donde se mantiene el “Knowhow”, la innovación yse busque atender a la demanda en destino con un enfoque “multicanal”.