En 2018 un grupo de científicos planteó, por primera vez, la necesidad de dotar al Parlamento español de una oficina permanente de asesoramiento científico para facilitar de manera efectiva asesoramiento en la decisiones políticas sobre materias donde la ciencia y la investigación juega un papel crucial. En mayo de 2020 la Asociación de Profesionales de las Relaciones Institucionales (APRI) apoyo la iniciativa firmando el manifiesto fundacional de Ciencia en el Parlamento al que se han adherido ya más de 200 instituciones.
Con motivo de esta colaboración, el jueves 17 de septiembre del 2020 tuvo lugar el evento online “Lobby Hour: El Papel de la Ciencia en el Parlamento”, presentado por la Directora General de APRI, Irene Matías, y moderado por Luís Carlos Ramírez, Secretario General de la Asociación de Periodistas Parlamentarios. Entre los ponentes se encontraban Ana Elorza, Coordinadora de Asesoramiento Científico y Diplomacia en FECYT; Jorge Barrero, Director General de la Fundación Cotec para la Innovación; y Cristina Portalés vocal de Relaciones Institucionales de la Asociación Ciencia en el Parlamento.
La Directora General de APRI, Irene Matías explicó que en mayo de 2020 APRI se sumó al manifiesto de Ciencia en el Parlamento para apoyar la iniciativa, ya que los lobistas y profesionales de la relaciones institucionales creen firmemente que es fundamental que exista una toma de decisiones informada por parte de las instituciones públicas de cara a que la aprobación e implementación de iniciativas legislativas sea altamente eficaz. Irene Matías, subrayó que el proceso de toma de decisiones es complejo; los diputados, senadores y altos cargos del Gobierno tiene que tomar importantes decisiones que marcan el rumbo del país. En este sentido al igual que los profesionales de las relaciones institucionales tratan de hacer llegar las preocupaciones e intereses empresariales o sociales a los decisores políticos, estos también deben contar con un asesoramiento riguroso, íntegro y contrastado y quién mejor que los investigadores y científicos de nuestro país que cuentan con conocimiento y datos objetivos.
En el evento se discutió la manera en la que la comunidad científica puede llegar y aportar a la política española. España va retrasada en este sentido respecto a sus Parlamentos vecinos, pues la oficina de ciencia ya es una realidad en algunos países europeos como Alemania, Francia o Reino Unido.
Esta disfunción ha sido estudiada por la Asociación Parlamento, quien también ha estudiado el funcionamiento de estos comités científicos en los parlamentos de otros países. Hasta el momento en el caso español, las propuestas de crear una oficina permanente no han prosperado, únicamente han conseguido allanar el camino con la esperanza de que en el menor tiempo posible, esta asesoría sea una realidad. En España en particular, la asociación Ciencia en el Parlamento describió el exceso de información al que se ven sometidos los políticos, y como aunque ya tienen muchos y buenos expertos los políticos, sigue siendo necesario la oficina. La oficina es necesaria, según los miembros de Ciencia en el Parlamento, para coordinar desde el mismo parlamento el asesoramiento que pueden proporcionar las asociaciones o expertos independientes sobre un tema o materia especifica para hacer prospectiva.
Desde la Ciencia en el Parlamento se recordó que el objetivo no es que las leyes sigan un criterio exclusivamente basado en la ciencia, pero sí que el factor científico y tecnológico sea tomado en cuenta. Todos los ponentes coincidieron que la función del asesor es asesorar, no legislar y el asesoramiento científico además que debe llegar también a la sociedad para transmitir conocimiento, pues se debe crear un triangulo interconectado donde exista flujos de información entre los tres estamentos, la ciencia, la política y la sociedad. Pese a todas las barreras, la Asociación Ciencia en el Parlamento seguirá persiguiendo su objetivo de que el Parlamento cuente con una oficina de ciencia que asesore en la toma de decisiones.
Luís Carlos Ramírez, Secretario General de la Asociación de Periodistas Parlamentarios, concluyó que la crisis sanitaria ha demostrado la importancia del conocimiento científico y no podemos esperar más para que este forme parte de la toma de decisiones en el seno de las Cortes Generales (Congreso y Parlamento).