Tras los cambios políticos en la sociedad española y las últimas elecciones europeas parecen vislumbrarse, tras las próximas elecciones locales, autonómicas y generales, unos parlamentos mucho más fraccionados que los actuales donde será muy difícil construir mayorías estables legislativas y de gobierno, y donde lo más probable será gobiernos en minoría que tendrán que negociar mayorías para cada medida o cada ley.
Acostumbrados a un sistema estable en los últimos años, los lobistas deberemos adaptarnos a los cambios que esto significa, a sus ventajas e inconvenientes. Veamos una primera aproximación.
En muchos parlamentos nos encontraremos con una composición que en muchos casos incluirá:
- Un partido a la derecha del PP (Vox?);
- El PP y el PSOE con un número importante de Diputados y Senadores, pero ya muy lejanos de la mayoría absoluta y con la necesidad de varios grupos para formarla, grupos que, posiblemente, optarán por apoyos parlamentarios puntuales negociables;
- La “izquierda” dividida en, al menos, 4 grupos significativos, a veces en competencia entre ellos (PSOE, IU, PODEMOS y nacionalistas de izquierda) y, por supuesto, más grupos nacionalistas con capacidad de influir sumando fuerzas (CiU? PNV, CC, + ERC, BNG, BILDU)
Esta probable geometría variable para la aprobación de cada ley o, incluso, cada artículo de una ley, serán diferentes, formadas por el apoyo de grupos diferentes en cada caso. Puede darse el caso que, con un mismo gobierno y en una misma legislatura puedan aprobarse leyes de signo político muy distinto.
Esto le da muchas más posibilidades pero hace mucho más complejo el trabajo del lobista profesional. Tendrá más opciones para convencer a diferentes grupos de las razones por las que sus propuestas son del interés general de los ciudadanos y tendrá más posibilidades de sacar adelante una determinada enmienda o, incluso, una determinada ley.
Pero para hacer su trabajo, o bien deberá dedicar muchos más recursos para convencer a grupos muy diversos, con intereses políticos incluso divergentes si quiere tener alguna posibilidad de construir una mayoría favorable a los intereses que defiende; o bien, si dedica los mismos recursos que en esta legislatura, las posibilidades de éxito que tendrá serán muy inferiores a las actuales ya que, hablando con el mismo número de portavoces tendrá acceso a un menor número de parlamentarios, sin mayoría suficiente para aprobar las enmiendas propuestas.
En resumen, más posibilidades de sacar adelante propuestas razonables si se invierte lo necesario para ello y, a la vez, muchas menos posibilidades si se pretende hacer con los mismos recursos que en las legislaturas pasadas.
Así pues, hay que ir aprovechando el tiempo que aún nos queda hasta ese posible escenario político para ir informando a nuestros clientes de dicha realidad e ir preparando las medidas oportunas para poder desarrollar con eficacia nuestro trabajo futuro.
Esteban Egea Sánchez
Secretario de la Junta Directiva de APRI
y Ex Director de Relaciones Institucionales de IBM en España
@eegeas_ees