Buenas prácticas en el sector de los asuntos públicos: el nuevo código de conducta de APRI

La función social de los profesionales de las relaciones institucionales y asuntos públicos, exige compilar las normas deontológicas ante la falta de regulación de la actividad para desarrollar su ejercicio. Por ello, hoy precisa más que nunca ratificar y desarrollar unas normas de comportamiento que permitan salvaguardar la actividad. Recientemente, muchas han sido las reformas legislativas y muchos también los cambios políticos y sociales que han afectado al ejercicio profesional en España, lo que hace necesaria la actualización de normas de comportamiento de la profesión.

Por otra parte, ante la falta de una regulación, aquellos que traten de influir sobre los poderes públicos han de actuar de un modo transparente y cumplir un código ético de conducta en su relación con el poder públicos con el objetivo de evitar los conflictos de interés.

Desde su fundación, APRI ha entendido la importancia de la transparencia para llevar a cabo esta profesión. Las implicaciones en la vida pública del trabajo de un lobista requieren unos altos estándares de transparencia en el desarrollo de las relaciones con la administración del Estado. En este sentido, APRI ha impulsado la autorregulación del sector, a través de la creación de un Código de Conducta interno que firman todos sus socios.

El Código de Conducta de APRI se aprobó en 2011 y en 2021, 10 años después, hemos actualizado los principios para adaptarlos a la nueva situación. Cada uno de los artículos del nuevo Código de Conducta recoge un aspecto esencial para asegurar el desarrollo de la actividad del lobby aplicando en todo momento buenas prácticas.

En la actualización del Código de Conducta han participado expertos de renombre que en la sesión informativa presentarán y explicarán por qué APRI ha actualizado su código de conducta y los principios por los que se rige.