La fallecida presidenta del Consejo de TransparenciaEsther Arizmendi, denuncia la opacidad en España en un testamento que dejó escrito antes de morir y pidió a sus subordinados que difundieran hoy. Arizmendi hizo llegar la semana pasada al organismo estatal que presidía que se estaba agravando su enfermedad y que deseaba que, a su muerte, se publicara su última crítica a la Ley de Transparenciaque aprobó el Gobierno en 2013 y la necesidad de su reforma por insuficiente y falta de utilidad y eficacia. El texto, titulado «Mis últimos deseos» empieza así: «Es necesario modificar la ley de transparencia y hacer de ella un instrumento fuerte, eficaz, útil y valioso. El haber llegado tarde no es excusa para ir con retraso», asegura sobre esta norma impulsada por primera vez en España en 2013 por la actual vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, pero que, según la ex presidenta, no ha sido adecuada.

En opinión de la fallecida Arizmendi, es necesario «que el derecho de acceso a la información pueda ser ejercido por todos y todas, sin exclusiones ni requisitos y sin extensión de los límites. Hay que tomar conciencia de que estamos ante una nueva política pública que requerirá la complicidad de todos: políticos, ciudadanía, etc».

Esta veterana funcionaria lanza un último deseo: «Es necesario trabajar en la negociación y el consenso para evitar aquellas palabras de: «La luz es muy cara pero la opacidad más aún».

Su muerte fue difundida por el Consejo de la Transparencia el pasado domingo, comunicando que había acabado «su larga lucha contra la enfermedad». «Con la muerte de la presidenta se pierde una de las figuras que más ha luchado por la transparencia pública en nuestro país. Quienes la conocieron saben de su compromiso con el servicio público, su lucha ante las adversidades, su espíritu combativo, su humanidad y la cercanía con la que trataba a todos y todas», afirmó el organismo estatal creado a raíz de la nueva legislación.

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